En 1950, según las estadísticas, Managua tenía 100,000 habitantes. Yo tenía 11 años y estaba en sexto grado en el Instituto Pedagógico de Managua, hoy Colegio La Salle.
Managua estaba gobernada por el Ministro del Distrito Nacional quien tenía su sede en un edificio llamado el Palacio del Ayuntamiento.
Palacio del Ayuntamiento, Managua, 1950
Este curioso edificio había sido construido después del terremoto de 1931 y tenía un gran parecido al Templo de Minerva.
Había muy poco tráfico de vehículos en Managua. En mis ratos libres yo recorría la calles de Managua con mi cámara fotográfica y estampaba para el recuerdo la imágenes de la ciudad capital de Nicaragua.
Palacio Nacional, sede del Congreso de la República
El Congreso de la República sesionaba en este edificio. El Palacio Nacional había sido construido después del terremoto de 1931 y afortunadamente todavía existe como Palacio de la Cultura. En un día de mucha actividad, apenas unos cuantos carros se estacionaban en la Plaza de la República.
Catedral de Managua en 1954
La Catedral de Managua estaba en construcción cuando ocurrió el terremoto de 1931. Fue consagrada como Catedral en 1944. Muy pocos vehículos pasaban por la plaza en los primeros años de la década de los 1950.
Estatua Ecuestre del General Somoza.
El General Anastacio Somoza García era Presidente de Nicaragua. Él se mandó a erigir una estatua ecuestre enfrente al Estadio Nacional que se llamaba Estadio Somoza.
Estatua Ecuestre Gral. Somoza.
En esa época se decía que el General Somoza había comprado en Italia una estatua de Mussolini y que la había traído a Nicaragua para erigírsela en su nombre. Hay personas que decían que sólo le habían cambiado la cabeza. La estatua fue demolida en 1979 y el pedestal usado para una estatua de Sandino montando un burro.
Edificio del INSS en construcción.
Mientras tanto, Managua se modernizaba y se construían edificios para albergar a la creciente burocracia gubernamental.
Parque Darío y Club Managua.
Mientras que Managua crecía, la ciudad seguía siendo tranquila y segura con lugares apacibles para pasar una tarde como el Parque Darío a orillas del Xolotlán.