jueves, 24 de julio de 2014

EL ANILLO PERDIDO

Esta madrugada soñaba que había perdido mi anillo de boda. Había ido a misa a la Iglesia del Perpetuo Socorro (en el viejo Managua muy cerca de mi colegio) y me encontré que no había misa. Sin embargo, entré al baño y al lavarme las manos me quité el anillo y lo puse a un lado. Al terminar de lavarme, lo olvidé. Hago constar que nunca me quito mi anillo matrimonial, jamás, ni para bañarme, ni para lavarme las manos, ni siquiera para dormir. Muchos anillos se ha perdido de esa manera. Además, para mí tiene un significado simbólico, mi fidelidad a mi voto matrimonial. Me dirigí luego a la Iglesia de San Agustín. Llegué cuando salía el sacerdote a celebrar. En ese momento me di cuenta que no tenía el anillo. Decidí inmediatamente salir a recuperarlo. Tomé un bus en dirección al Perpetuo Socorro. Nunca llegué. Sonó el despertador, eran las 4:50 AM, hora de levantarse. Desperté con pánico, no había recuperado mi anillo. Lo primero que hice fue tocarme el dedo anular de la mano izquierda, gracias a Dios, el anillo estaba ahí.

miércoles, 29 de enero de 2014

30 DE ENERO DE 1921

Hoy hace 93 años falleció en León el Obispo de esa diócesis Monseñor Simeón Pereira y Castellón. Si bien la salud del obispo no era óptima sorprendió lo repentino de su defunción. La muerte del obispo, tan querido por los leoneses, conmovió a la población. Inmediatamente que se divulgó la noticia el pueblo comenzó a congregarse en el Parque Jerez, frente a la Catedral, para esperar el momento del traslado del cuerpo del obispo, revestido de sus ornamentos episcopales, a la nave principal del templo.

lunes, 27 de enero de 2014

27 DE ENERO DE 1944

Hoy hace 70 años falleció en León don Tomás Pereira Castellón, mi abuelo paterno. Por esos años, mi abuelo paterno era un hombre de aproximadamente 78 años de edad, Senador de la República por el Departamento de León, institución de la cual formaba parte de su junta directiva. Había sido Presidente del Congreso Nacional en el año 1931 y como tal había tenido la responsabilidad de trasladar el Congreso Nacional a la ciudad de Masaya después del terremoto que destruyó Managua. Mi abuelo, en su calidad de directivo del Senado, había también firmado la declaratoria de guerra de Nicaragua a Alemania y al Imperio del Japón, aprobada en sesión extraordinaria del Congreso Nacional, en cámaras unidas, el 8 de diciembre de 1941.


Don Tomás, como todo el mundo le llamaba, habitaba en la casa solariega de la familia Pereira-Argüello en compañía de sus hijas solteras Chepita y Mercedes. Mi abuelo era viudo, su esposa Luisa Argüello había fallecido en 1919. 

¿Cómo era León en 1944? No lo recuerdo muy bien, yo tenía 4 años y medio y a esa edad los recuerdos son difusos. Sin embargo, trataré de reconstruir un poco el vecindario de la casa de mi abuelo paterno.

La casa de don Tomás estaba situada en una cuadra larga de la 1ª Calle NE (Calle que pasa por el costado sur del parque de la Merced) a dos cuadra de dicho parque, entre las avenidas 1era NE que pasa frente a la Recolección (Entrada a León viniendo de Managua por carretera) y 2da NE que es una avenida de trazo tortuoso que pasa frente al Parque de San Juan y después de cambiar de rumbo va a morir ignominiosamente al Rio Chiquito. Actualmente ocupa el lugar donde fue la casa de don Tomás, el Supermercado la Unión.
 
La edificación de tres puertas coloniales y un zaguán estaba aproximadamente a mitad de la cuadra. Sobre la misma acera comenzando de la esquina nor-oriental de la intersección de la 1ª calle y la 1ª avenida NE se encontraba la Casa Mántica, luego el establecimiento y habitación de don Sinforiano Robelo, a continuación la casa de don Tomás, luego la casa de habitación de la familia Herdocia, la residencia del Dr. Salvador Reyes Icaza y luego la esquina que no recuerdo. En la acera de enfrente, comenzando de la intersección antes mencionada, se encontraba el Almacén de Nemer Abohasen, la casa de habitación de doña Isabel Argüello de Herdocia, la familia Robelo-González, don Pedro Balladares Ycaza, cuya puerta principal estaba frente a frente a la puerta principal de la casa de don Tomás. No recuerdo otros nombres, sí recuerdo que el Dr. Salvador Reyes tenía su consultorio en la siguiente cuadra hacia el oriente. Recuerdo haber visitado ese consultorio ya que yo padecí de los ojos y el Dr. Reyes era oftalmólogo.
 
La casa de mi abuelo pasaba de calle a calle. De la 1era Calle NE a la 2da Calle NE. Tenía una sala grande que ocupaba el ancho de las tres puertas coloniales, el zaguán antes mencionado, patio de cuatro corredores, traspatio y todavía una parte que daba al costado sur de la Recolección.
 
Tengo pocos recuerdos de esa casa antes de la muerte de don Tomás. El único recuerdo que queda en mi memoria es haber estado en el comedor, sentado a la mesa con muchas personas. Probablemente este hecho ocurrió el día del entierro de mi abuelo ya que él no estaba en el comedor. Yo no tengo ningún recuerdo de mi abuelo solamente lo conozco por los retratos.
 
Después de la muerte de mi abuelo, mis tías dividieron la casa en dos con el fin de alquilar una parte y habitar en la otra. Fue así que construyeron un muro divisorio, hacia el este del muro quedaron dos puertas coloniales por todo el fondo de la casa, hacia el oeste del muro quedaron una puerta colonial que fue la puerta principal y el zaguán. La salida a la 2da Calle fue separada y alquilada a la Nicaragua Machinery. Como parte de la división el antiguo comedor quedó en la parte oriental, mis tías construyeron un nuevo comedor en el segundo patio.
 
Poco tiempo después se instaló en la parte oriental de la casa la Ferretería el Siglo Nuevo de los señores Blandón. Esta ferretería había sido fundada en los primeros años del siglo XX, en la década de los 1900, y por tal motivo se llamó el Siglo Nuevo, nada tiene que ver con el Siglo XXI como algunos creen. La ferretería estuvo en ese lugar hasta que se demolió la casa en la década de los 1960. El nombre se hizo tan famoso que a finales de los años noventa se construyeron, en las casas contiguas, unos cines y un centro comercial que tomaron el nombre de Plaza Siglo Nuevo.

Hoy a 70 años de su fallecimiento, aunque yo no lo recuerdo físicamente lo conozco por la tradición oral de la familia. Sin embargo, él sí me conoció y me debe de haber querido. Me regaló una silla de niño que todavía conservo y un anillo también pequeñito que guardo entre mis recuerdos. Conservo también varios objetos personales que le pertenecieron.

La silla mecedora que utilizaba mi abuelo había sido construida a la medida de su cuerpo. El era corpulento, medía 6 pies 4 pulgadas de estatura y pesaba más de 250 libras. La silla fue construida por un carpintero leonés lo suficientemente ancha, alta y fuerte para acomodar su humanidad y resistir su peso. La silla todavía se conserva, yo la tengo en mi estudio y la utilizo todos los días para leer y orar. Después de la muerte de mi abuelo, mi padre la utilizó durante el resto de su vida y luego pasó a mi poder.