viernes, 22 de junio de 2012
Desde Aldie, Virginia, Estados Unidos
Ayer la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos comenzó a celebrar una catorcena de oración por la libertad religiosa. En la homilia de la misa de hoy el sacerdote explicó que la libertad religiosa en este país está seriamente amenazada a causa de las disposiciones que ha tomado el ejecutivo sobre la obligatoriedad de proporcionar contraceptivos a todas las mujeres que los soliciten. Esta ley afecta a los hospitales y clínicas de la Iglesia Católica y otras iglesias cristianas que en cumplimiento de sus principios morales y de su doctrina no proporcionan a nadie ese tipo de medicamentos.
El sacerdote recordó a los fieles que la amenaza a la libertad religiosa en los Estados Unidos tiene implicaciones mundiales que todos sentiríamos.
Basándose en la lectura de hoy de II Reyes el sacerdote se refirió cómo un solo acto de injusticia social tiene repercusiones sociales a largo plazo y que el Señor se encarga a su tiempo en rectificar.
Aprovechando la conmemoración de San Juan Fisher y Santo Tomás More el sacerdote se refirió a cómo estos dos santos no traicionaron su conciencia y prefirieron morir a aceptar algo intrínsicamente malo para salvar sus vidas.
En la carta que Santo Tomás escribió, desde la cárcel, a una de sus hijas dice lo siguiente: "Nada puede pasarme que Dios no quiera. Y todo lo que Él quiere, por muy malo que nos parezca, es en realidad lo mejor".
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario